LOS ROBOTS DEL FUTURO
Los robots del futuro cambian su forma
(Wired News) Hace cuarenta años, los televidentes pudieron vislumbrar lo que sería el siglo XXI viendo en la pantalla al robot Rosie, que limpiaba y arreglaba la casa de losSupersónicos. Apenas dos generaciones después, los chicos veían el dibujo animado Transformers, en el cual los robots podían unirse entre sí para formar máquinas poderosas. La realidad de hoy recuerda el mundo de los Supersónicos, en el cual los robots pueden pasar la aspiradora, cortar el césped y servir algunas copas. Pero la próxima generación de robots tal vez se parezca bastante más a lo que se preveía en Transformers. A diferencia de los robots domésticos como Rosie, los que se reconfiguran tienen que adoptar formas distintas para adaptarse al terreno, el ambiente y la tarea que deben desempeñar.
"Un robot que sirve para una línea de montaje en una fábrica puede ser casi inútil para explorar Marte —dice a modo de explicación Daniela Rus, profesora asociada de Ciencias de la Computación y Neurociencias Cognitivas en el Dartmouth College—. Un robot ideado para cumplir una única finalidad será capaz de desempeñar esa tarea muy bien, pero muy ineficaz en otras, o en otro ambiente. En el caso de tareas que deben desarrollarse en zonas remotas, como el espacio o el fondo del océano, para las cuales no es posible prever qué deberá hacer el robot ni cuándo deberá entrar en acción, es mucho mejor utilizar robots que pueden alterar su propia forma porque tienen así mayor versatilidad."
Nuevas investigaciones se orientan a la creación de robots que sean más parecidos a animales, al menos en lo concerniente a su flexibilidad. Esto los haría mas útiles en áreas que van desde la medicina a la exploración espacial.
Los bordes afilados no constituyen ningún problema en las estructuras de un robot dedicado, por ejemplo, a la fabricación de automóviles. Sin embargo, en otros entornos, dichas aristas son inaceptables. Barry Trimmer, codirector del programa de biomimética de la Universidad de Tufts sostiene que “muchas máquinas incorporan material flexibles en sus juntas, y son muy rápidos, fuertes y robustos, pero no existe una tecnología actual que pueda alcanzar el rendimiento de un animal moviéndose en la naturaleza” . Una de las principales diferencias entre robots y animales es justamente el material del que están hechos.
Imagina una topadora, máquina rígida si las hay, construida con materiales flexibles: tendría la posibilidad de doblarse y arrugarse, de manera que podría pasar por lugares mas estrechos, o girar de formas que a una maquina rígida le resultan imposibles.
Justamente, Trimmer se encuentra desarrollando un circuito neural que sería el encargado de comandar una topadora con estas características. “Es bastante complicado crear un software eficiente que pueda sacar partido de estas características. Esta es la razón por que los robots de mueven como lo hacen y no como seres vivos”, declaro David Kaplan, compañero de Trimmer.
Aplicando las técnicas que estos científicos están desarrollando, los robots serian capaces de escalar superficies texturadas, deslizarse colgados de un cable, o reptar en espacios estrechos. Los robots dotados de cuerpos flexibles podrían efectuar trabajos peligrosos de una manera más segura y eficiente. Seria viable, por ejemplo, su empleo en el espacio para acceder a sitios de las estaciones espaciales que son inaccesibles para los astronautas. También es posible utilizarlos en sitios altamente peligrosos, como reactores nucleares o en la detección de minas terrestres.
Los bordes afilados no constituyen ningún problema en las estructuras de un robot dedicado, por ejemplo, a la fabricación de automóviles. Sin embargo, en otros entornos, dichas aristas son inaceptables. Barry Trimmer, codirector del programa de biomimética de la Universidad de Tufts sostiene que “muchas máquinas incorporan material flexibles en sus juntas, y son muy rápidos, fuertes y robustos, pero no existe una tecnología actual que pueda alcanzar el rendimiento de un animal moviéndose en la naturaleza” . Una de las principales diferencias entre robots y animales es justamente el material del que están hechos.
Imagina una topadora, máquina rígida si las hay, construida con materiales flexibles: tendría la posibilidad de doblarse y arrugarse, de manera que podría pasar por lugares mas estrechos, o girar de formas que a una maquina rígida le resultan imposibles.
Justamente, Trimmer se encuentra desarrollando un circuito neural que sería el encargado de comandar una topadora con estas características. “Es bastante complicado crear un software eficiente que pueda sacar partido de estas características. Esta es la razón por que los robots de mueven como lo hacen y no como seres vivos”, declaro David Kaplan, compañero de Trimmer.
Aplicando las técnicas que estos científicos están desarrollando, los robots serian capaces de escalar superficies texturadas, deslizarse colgados de un cable, o reptar en espacios estrechos. Los robots dotados de cuerpos flexibles podrían efectuar trabajos peligrosos de una manera más segura y eficiente. Seria viable, por ejemplo, su empleo en el espacio para acceder a sitios de las estaciones espaciales que son inaccesibles para los astronautas. También es posible utilizarlos en sitios altamente peligrosos, como reactores nucleares o en la detección de minas terrestres.
¿ COMO SERÁN LOS ROBOTS DEL FUTURO?
Los robots del futuro serán versiones simplicadas de aquellos representados en las películas, que cambiarán sus piernas por ruedas y su voz por una pantalla táctil en la que marcarle tareas sencillas que le conviertan en guía de museo, punto de información o elemento publicitario para las empresas.
Así lo ha explicado hoy Ricardo Téllez, ingeniero de la empresa catalana PAL Robotics, en su charla '¿Para cuando los robots humanoides?, enmarcada en la segunda jornada de Campus Party Europa, un encuentro que reúne a 800 jovenes talentos del continente hasta el próximo domingo en Madrid.
La conferencia ha comenzado con la presentación de REEM, uno de los robots humanoides más avanzados y con mayor capacida de carga del mundo, que ha desplegado una muestra de sus encantos ante el medio centenar de campuseros reunidos para la ocasión. Tras saludar a la concurrencia y anunciar que estaba muy cansado, el robot de fabricación español se ha sentado en una silla, desde donde ha escuchado hablar de sus habilidades a su creador.
Téllez ha explicado que el humanoide de 1.47 metros y 60 kilos de peso es capaz de transportar hasta 13 kilos de carga, evitar obstáculos, reconocer personas y voces y guiarse por diferentes localizaciones, con una autonomía de dos horas de batería.
La conferencia ha comenzado con la presentación de REEM, uno de los robots humanoides más avanzados y con mayor capacida de carga del mundo, que ha desplegado una muestra de sus encantos ante el medio centenar de campuseros reunidos para la ocasión. Tras saludar a la concurrencia y anunciar que estaba muy cansado, el robot de fabricación español se ha sentado en una silla, desde donde ha escuchado hablar de sus habilidades a su creador.
Téllez ha explicado que el humanoide de 1.47 metros y 60 kilos de peso es capaz de transportar hasta 13 kilos de carga, evitar obstáculos, reconocer personas y voces y guiarse por diferentes localizaciones, con una autonomía de dos horas de batería.
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